De pronto me dí cuenta que aquella mujer ejercía una atracción increíble hacía mí, no sabía bien el motivo pero me sentía incapaz de contrariarla, me apetecía ser de su agrado y no solamente por conseguir aquel trabajo, quería aprender de ella, me dí cuenta que deseaba que me enseñase a ser una autentica puta.
- Vístete, me dijo. Más bien creo que me lo ordenó.
Mientras me vestía me preguntó. - Has decidido ya si me vas a mandar a la mierda o no?
Yo la miré interrogante... No, señora, porqué iba a mandarla a la mierda?
-No te hagas la tonta, has estado a punto de hacerlo en más de una ocasión.
Hice una breve pausa, dejé de vestirme y aún sin ponerme la camisa la miré fijamente y comencé a hablar - Sí, la verdad es que casi hasta el final he estado tentada de hacerlo, pero, no se que ha conseguido remover en mí, pero algo ha cambiado. Tomé aliento - Me parece que quiero aprender, quiero llegar a ser como usted, quiero aprender este trabajo y creo que me va a gustar.
Se echó a reír nuevamente. - Me alegro de oír eso, estoy convencida que vas a dar mucho placer a mucha gente, se te nota que tienes madera de puta. Te voy a poner anuncios para que empieces a trabajar el lunes. tienes que esta aquí a las 12 y traerte toda la ropa sexy que tengas y si no tienes, la compras.
-Si señora, contesté, el lunes estaré aquí a las 12.
- Ah! una cosa - me dijo - voy a ponerte un anuncio de sumisa. Creo que te va a ir perfecto.
Tal vez en otra ocasión os vuelva a hablar de ella, pero aquella mujer, me enseñó casi todo lo que hoy sé, aquella mujer me dio una profesión y lo que es más importante, a estar orgullosa de lo que hago y de lo que soy.
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